Es un hecho que los deportes son una industria de entretenimiento, pero pareciera que se está evolucionando hacia un punto que ya no toma mucho en cuenta la calidad, esfuerzo y talento de los deportistas, se está llegando a un punto en el que lo que de verdad importa es la popularidad de quien va a dar el espectáculo.
Esta semana se presentaron dos sucesos que nos pueden ir diciendo hacia donde quiere ir la industria en cuestión del entretenimiento deportivo. Primero nos tocó ver algo inédito en la liga argentina, un youtuber con más de 17 millones de seguidores debutó en un partido profesional de primera división, solo jugó un minuto y ni siquiera pudo tocar el balón, pero el hecho llamó la atención a nivel mundial, pues estamos hablando de que alguien sin el más mínimo entrenamiento pudo realizar el sueño de debutar en el fútbol profesional y en una liga tan competitiva como la Argentina.
Como segundo acontecimiento interesante, tenemos la sorprendentemente esperada, pelea de box entre el legendario Mike Tyson contra la celebridad de internet, Jake Paul. Este evento tuvo una relevancia increíble, una simple pelea de exhibición entre un boxeador retirado de ya 58 años de edad, enfrentándose a un famoso, que claramente no es boxeador profesional, logró llenar el estadio de los Dallas Cowboys y generar más ingresos que cualquier otra pelea en la historia a nivel de entradas vendidas.
Esto nos puede ir indicando que la evolución del deporte puede ser un tanto extraña, más enfocada a eventos populares y de más “espectáculo”, que a eventos donde se compita solamente por quien es el mejor. Esto porque imaginemos cuántos juveniles jugadores de fútbol esperan la oportunidad de debutar en nivel profesional y ni siquiera lo logran a pesar del esfuerzo, dedicación y trabajo, para que de la nada llegue un influencer y logre su debut profesional por el simple hecho de ser famoso.
O imaginemos cuantos boxeadores no se parten el alma en los entrenamientos, buscando alguna oportunidad de alguna pelea estelar que los lleve al éxito y fama, para que de la nada una pelea entre un influencer y un boxeador retirado, se convierta en una pelea que rompe records en taquilla. Que dicho sea de paso, la pelea fue lamentable, pocos golpes, lenta, aburrida, y eso sin tomar en cuenta que se especulaba que la pelea ya tenía un guion, a tal grado que ni siquiera se abrió la posibilidad de apostar en las casas de apuestas para esta pelea.
Puede ser que solo sean casos aislados, pero viendo que fue todo un éxito económicamente hablando, claro que nos esperan más peleas entre celebridades o ir metiendo de repente a famosos que llamen la atención en campos de juego para los que no están capacitados. Ya tiene tiempo que se dice que la industria del deporte le llama cada vez menos la atención a las nuevas generaciones, pero si estás son las medidas que piensan tomar para llamar la atención, va a ser un tremendo golpe al deporte, peligro y lleguemos al punto en que si no eres famoso o popular, no tienes la oportunidad de llevar tu deporte al mundo profesional.
