Últimamente, es común escuchar que hasta el aficionado más tranquilo de la NFL se cuestione si el deporte del emparrillado no está realmente “amañado” o “cargado” para favorecer a ciertos equipos o resultados y, honestamente, es difícil no sentirse al menos intrigado por estas teorías; cada semana de la actual temporada, sin falla, la NFL ha tenido que explicar el por qué tomaron una decisión errónea en el arbitraje, a los oficiales decir que ellos no tenían “los mismos ángulos que tienen en las oficinas de Nueva York” o que las reglas son demasiado “ambiguas” en ciertas áreas.
Lo anterior, sumado al hecho de que los patrocinadores más grandes y más ruidosos de la liga actualmente son casas de apuestas (sobretodo en su mercado local, Estados Unidos), ha hecho que se cuestione la integridad del juego, debido a que cada semana hay decisiones por lo menos “curiosas” que hacen que se cubra alguna línea, que se cumplan las altas o bajas y muchas de esas decisiones van directamente relacionada al arbitraje; en algunas ocasiones se omiten las repeticiones de esos castigos o llamadas de los árbitros, lo cual añade más combustible al fuego conspiranoico de los fanáticos.
Entonces, ¿Creo yo que la liga está amañada?
Mi respuesta personal es NO (en su totalidad), pero creo que la realidad es aún peor; la NFL es incompetente pues ¿Cómo puede una institución del tamaño e impacto de la NFL fallar constantemente en lo fundamental? Con tantas opciones tecnológicas a su disposición, el salir a decir que no tenían los ángulos o repeticiones necesarias para una buena decisión, es francamente inaceptable.
Si la liga no quiere ver o admitir que tiene un problema, el fanático promedio puede verlo a primera vista, lo cual afecta constantemente la imagen de la liga ante el público, y esto se amplifica cuando la NFL se niega a aceptar soluciones propuestas por su mismo comité de competición; algunas de las soluciones propuestas han sido poder revisar los castigos de falta personal, tener un equipo de tiempo completo de arbitraje para mayor responsabilidad (actualmente los árbitros son contratistas, no son empleados de tiempo completo), usar a las oficinas de Nueva York como juez final en las decisiones, etc., y ninguna ha sido aceptada por los dueños de la liga, sin ninguna explicación que tenga mucho sentido.
Quizá los dueños, en su mayoría billonarios de familias billonarias, no quieren admitir que tienen un problema con el arbitraje; o quizá ese problema funcione a su favor, con tantas interacciones que se generan en redes sociales, recordando que no hay mala publicidad; o tal vez, dirían los más escépticos, esos castigos cuestionables mantienen contentos a los patrones de Las Vegas.
Mientras la NFL no actúe para mejorar el arbitraje y las ambigüedades que puedan impactar directamente los resultados de la jornada, los aficionados no dejarán de pensar que la casa siempre gana.